Decidida a vivir enlutada el resto de su vida, doña Elena ya no quiere recibir a nadie en su finca, ubicada en la sierra de Sonora, alrededor de 1920. Como una viudita ejemplar ha decidido serle fiel hasta la tumba a su difunto marido, y no volver a ver ni platicar con nadie conocido o desconocido.
Pero ella no podía imaginarse que el último regalo de su difunto esposo sería una deuda con Don Gregorio que ha llegado para cobrar su dinero. Obstinados, tercos, testarudos comienzan una lucha por ver quién puede más, la mula o el Buey Encabritado. Pero cuidado, porque del odio al amor… ¡Cáete la boca!
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